viernes, 3 de febrero de 2017

VILLAFAFILA


El censo de enero contabilizó más de 5.000 gansos



En torno a 3.000 patos de varias especies fueron identificadas en el primer mes del año en la Reserva Natural de las Lagunas de Villafáfila. Hoy, jueves 2 de febrero, se celebra el Día de los Humedales. 

Un total de 5.200 gansos, 3.000 patos y 123 grullas fueron registradas en el primer censo poblacional del año en la Reserva de las Lagunas de Villafáfila, unos guarismos que acusan la escasez de lluvia de este periodo invernal. Tal y como explica el biólogo de la Casa del Parque, José Miguel San Román, se trata de un invierno “más flojo” que en anteriores años principalmente por la falta de agua. “La mayor parte de las lagunas están secas y las que tienen agua tienen muy poca profundidad, ahora tenemos 3.000 patos y cualquier otro año con agua, tendríamos como mínimo 15.000 o 20.000 patos”, asegura. 

Una diferencia “tremenda pero no preocupante”, en palabras de San Román, confiando en las lluvias de estos días: “en nada se llenan las lagunas y la primavera puede ser excepcional, solo sería preocupante si pasara unos cuantos años seguidos pero de momento no hay problema”. 

“Respecto a los gansos”, prosigue el biólogo, “no les afecta tanto la cantidad de agua que haya porque son más bien pastadores, es decir, comen fuera, y el agua solo la utilizan en momentos puntuales para descansar o dormir por la noche, por eso tenemos unas cantidades similares a las del año pasado (5.200) o incluso superiores ya que en diciembre tuvimos 9.000”. 

No obstante, los datos continúan muy alejados de las cifras manejadas hace una década debido al calentamiento global: “el cambio climático hace que los gansos se queden en Bélgica, Holanda o Dinamarca o incluso algunos casi no llegan a salir de la península escandinava, se quedan allí todo el invierno” como consecuencia de la suavización de las temperaturas en el periodo invernal. 

Sin embargo, por otra parte, tal y como apunta el especialista de la Casa del Parque, “están llegando aves que antes no llegaban” como por ejemplo unas anátidas “muy llamativas" denominadas Tarros Blancos. “Es una especie que solo invernaba en el Mediterráneo y en el sur de España y ya llevamos unos años que se ven concentraciones en invierno bastante grandes de 200 individuos e incluso llegan a criar aquí… hace diez años eso era impensable. Estamos viendo claramente una tendencia de cambio de esas aves del norte que cada vez hay menos, y el aumento de otras aves del sur”, resume.

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